lunes, 19 de julio de 2010

El MANGUITO, EL ABANICO Y EL QUITASOL. - FÁBULA XIV





                                                                                                                       



Si querer entender de todo
Es ridícula presunción,
Servir sólo para una cosa
Suele ser falta no menor.
  Sobre una mesa cierto día
Dando estaba conversación
A un abanico y a un manguito
Un paraguas o quitasol;
Y en la lengua que en otro tiempo
Con la olla el caldero habló (1),
A sus compañeros dijo:
"¡Oh, que buenas alhajas sois!
Tú manguito, en invierno sirves;
En verano vas á un rincón:
Tú, abanico, eres mueble inútil
Cuando el frío sigue al calor
No sabéis salir de un oficio,
aprended de mí,  pese á vos;
Que en el invierno soy paraguas,
Y en verano quitasol."

También suele ser nulidad el no saber más que una cosa:
el extremo opuesto del defecto reprendido en la fábula anterior.

(1)  Alude á la fábula que escribió Esopo del caldero y la olla,
disculpando con este ejemplo la impropiedad en que parece se incurre,
haciendo hablar, no sólo á los animales, sino aun á las cosas inanimadas,
como son el manguito, el abanico y el quitasol.

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