Si querer entender de todo
Es ridícula presunción,
Servir sólo para una cosa
Suele ser falta no menor.
Sobre una mesa cierto día
Dando estaba conversación
A un abanico y a un manguito
Un paraguas o quitasol;
Y en la lengua que en otro tiempo
Con la olla el caldero habló (1),
A sus compañeros dijo:
"¡Oh, que buenas alhajas sois!
Tú manguito, en invierno sirves;
En verano vas á un rincón:
Tú, abanico, eres mueble inútil
Cuando el frío sigue al calor
No sabéis salir de un oficio,
aprended de mí, pese á vos;
Que en el invierno soy paraguas,
Y en verano quitasol."
También suele ser nulidad el no saber más que una cosa:
el extremo opuesto del defecto reprendido en la fábula anterior.
(1) Alude á la fábula que escribió Esopo del caldero y la olla,
disculpando con este ejemplo la impropiedad en que parece se incurre,
haciendo hablar, no sólo á los animales, sino aun á las cosas inanimadas,
como son el manguito, el abanico y el quitasol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario