domingo, 20 de junio de 2010

La Lechera - FÁBULA I I



Llevaba en la cabeza
Una lechera el cántaro al mercado
Con aquella presteza,
Aquel aire sencillo , aquel agrado,

Que va diciendo a todo el que le advierte;
¡Yo si que estoy contenta con mi suerte!
Porque no apetecía
Más compañía que su pensamiento,

Que alegre la ofrecía
Inocentes ideas de contento.
Marchaba sola la infeliz lechera,
Y decía entre sí de esta manera;

-Esta leche vendida,
En limpio me dará tanto dinero;
Y con esta partida,
Un canasto de huevos comprar quiero,

Para sacar cien pollos, que al estío
Me rodeen cantando el pío, pío.
Del importe logrado
de tanto pollo, mercaré un cochino:

Con bellota, salvado,
Berza y castaña, engordará sin tino:
Tanto, que pueda ser que yo consiga
El ver cómo le arrastra la barriga.

llevarélo al mercado,
Sacaré de él sin duda buen dinero;
Compraré de contado
Una robusta vaca y un ternero

Que salte y corra toda la campaña
Desde el monte cercano a la cabaña.
Con este pensamiento
Enajenada, brinca de manera
Que a su salto violento
El cántaro cayó ¡ Pobre lechera!
¡Qué compasión! ¡Adiós, leche, dinero,
Huevos, pollos, lechón, vaca y ternero!

¡Oh loca fantasía,
Qué palacios fabricas en el viento!
Modera tu alegría,
No sea que saltando de contento,

Al contemplar dichosa tu mudanza,
Quiebre el cantarillo la esperanza.
No seas ambiciosa,
De mejor o más  próspera fortuna,

Que vivirás ansiosa,
Sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el fín futuro
Mira que ni el presente está seguro.

EL PERRO Y EL COCODRILO. - Fábula XX I I I


Bebiendo un perro en el Nilo,
Al mismo tiempo corría.
-Bebe quieto le decía
Un taimado cocodrilo.

Díjole el perro prudente;
-Dañoso es beber y andar;
Pero ¿es sano el aguardar
A que me claves el diente?

¡Oh qué docto perro viejo!
yo venero su sentir
En esto de no seguir
Del enemigo el consejo.


El HERRERO Y EL PERRO - FÁBULA IX




            



 
Un herrero tenía un perro,
   Que no hacía:
  Sino comer, dormir y estar echado:
   De la casa jamás tuvo cuidado:
   Levantabase sólo a mesa puesta:
   Entonces con gran fiesta
   Al dueño se acercaba,
   Con perrunas caricias lo halagaba,
Y que pase la noche toda en vela 
   Mostrando de cariño mil excesos
   Por pillar las piltrafas y los huesos.
   _ He llegado a notar, le dijo el amo,
   Que, aunque nunca te llamo,

   A la mesa te llegas prontamente:
En la fragua jamás te vi presente;
Y yo me maravillo
De que no despertándote el martillo,

Te desveles al ruido de mis dientes
Anda, anda poltrón; no es bien que cuentes
Que el amo, hecho un gañán y sin reposo,
Te mantiene a lo conde muy ocioso.

El perro le responde:
_¿Que mal tiene que yo cualquiera conde?
Para no trabajar debo al destino
Haber nacido perro y no pollino,

_ Pues conde, fuera de mi casa.
Verás en las demás lo que te pasa.
En efecto salió a probar fortuna,
Y las casas anduvo de una en una.

Allí le hacen servir de centinela,
Acá de lazarillo y de danzante;
Allá dentro de un horno a cada instante
Asa la carne que comer no espera.

Al cabo conoció de esta manera
Que el Destino, y no es cuento,
A todos nos cargó como al jumento.

- LA CODORNIZ. - FÁBULA IV


  Presa en estrecho lazo
   La codorniz sencilla,
   Daba quejas al aire,
   Ya tarde arrepentida.
   _¡Ay de mí, miserable,
   Infeliz avecilla,
   Que antes cantaba libre
   Y ya lloro cautiva!
   Perdí mi nido amante,
   Perdí en él mis delicias,
   Al fin  perdílo todo,
   Pues que perdí la vida.
   ¿Por qué desgracia tanta?
   ¿Por qué tanta desdicha?
   Por un grano de trigo.
   ¡Oh cara golosina!
   ¡El apetito ciego
    A cuántos precipita,
   Que por lograr un nada
   Un todo sacrifican!

viernes, 18 de junio de 2010

El viejo y la Muerte - FÁBULA IV






  Entre montes, por áspero camino
  Tropezando con una y otra peña,
Iba un viejo cargado con su leña,
 Maldiciendo su mísero destino.

Al fin cayó. Y viendo de suerte
Que ya levantarse no podía:
Gritó con colérica porfía,
Una, dos, y tres veces a la muerte.

Armada de Guadaña en esqueleto
La Parca; se le ofrece en aquel punto,
Pero el viejo temiendo ser difunto
Lleno más de temor que de respeto,

Trémulo le decía balbuciente:
Señora:  ¡-Yo os llamé desesperado!
Pero acaba qué quieres desdichado
!Que me cargues la leña solamente!

 Tenga paciencia, quien se crea infelice;
Que aún en la situación más lamentable,
Es la vida del hombre siempre amable,
El viejo de la leña nos lo dice.

jueves, 17 de junio de 2010

La Cigarra y la Hormiga - FÁBULA II


Cantando la cigarra
Pasó el verano entero,
Sin hacer provisiones
Allá para el invierno.

Los fríos la obligaron
A guardar el silencio
Y acogerse al abrigo
De su estrecho aposento.

Vióse desproveida
Del precioso sustento
Sin mosca, sin gusano ,
Sin trigo y sin centeno.

Habitaba la hormiga
Allí tabique en medio,
Y con mil expresiones
De atención y respeto,

La dijo-Doña hormiga,
Pues que en vuestros graneros
Sobran las provisiones
Para vuestro alimento,

Prestad alguna cosa
Con que viva este invierno
Esta triste cigarra,
Que alegre en otro tiempo,

Nunca conoció el daño,
Nunca supo temerlo.
No dudéis en prestarme,
Que fielmente prometo

Pagaros con ganancias,
Por el nombre que tengo,
La codiciosa Hormiga
Respondió con denuedo

Ocultando a la espalda
Las llaves del granero:
Yo prestar lo que gano
Con un trabajo inmenso!

Dime, pues holgazana,
¿Qué has hecho en el buen tiempo?
 -Yo dijo la cigarra, A todo pasajero,
 Cantaba alegremente, sin cesar ni un momento.
-¡Hola! ¿Conque cantabas: cuando yo andaba al remo?
Pues ahora que yo como, baila, pese a tu cuerpo.

El Hombre y la Pulga - FÁBULA X

                                     

                                                 Oye, Júpiter sumo mis querellas,
                                              Y haz, disparando rayos y centellas,


                                               Que muera este animal vil y tirano,
                                             Plaga fatal para el linaje humano.
                                         Y si vos no lo hacéis,  Hércules sea
                                            Quien acabe con él y su ralea.
                                            Este es un hombre que a los dioses clama
                                            Porque una pulga le picó en la cama;
                                            Y es justo ya que el pobre se fatiga
                                            Que de Júpiter y Hércules consiga
                                            De éste despulgando sayos:
                                            De aquél matando pulgas con sus rayos.
                                           Tenemos en el cielo los mortales
                                           Recurso de las desdichas y los males:
                                          Más se suele abusar frecuentemente
                                          Por lograr un antojo impertinente.

el león vencido por el hombre

                                           El león vencido por el hombre


                                                      Cierto artífice pintó
                                                      Una lucha en que, valiente,
                                                      Un   hombre tan solamente
                                                      A un terrible león venció.

                                                     Otro león que en el cuadro vió
                                                     Sin preguntar por su autor,
                                                     En tono despreciador
                                                     Dijo;  ¡Bien se deja ver
                                                     Que es pintar como querer,
                                                     Y no fué león el pintor.


viernes, 4 de junio de 2010

El amor


l
El amor viene de Dios
Porque así lo quiso Él
Lo esparce su Santa voz
Para toda alma fiel.
Acógelo con fieldad
Si gozas del alma llena
Verás del niño la claridad
En la Santa Noche Buena.
Es de la luz portador,
Es el Maestro Divino
Es nuestro Santo y Señor
Es la verdad y el camino.

Mirad que bonito és


                     

Mirad que bonito es
Pedirle al Amado Dios
Como Maestro y buen Juez
Ponga su mano en la hoz
Y la siega venga después.

El Amor y la Paciencia


El Amor y la paciencia:

Van cogidas de la mano.

No hay mejor excelencia,

Que exista en el cuerpo humano.

Nuestro Jesús soberano,

Que a todos nos acaricia

Nos levanta de la mano

Con su Divina justicia.

Yo te imploro mi Señor!

De corazón tan profundo

Jamás me dejare tu amor

Por todo el oro del mundo.