domingo, 26 de diciembre de 2010
¡Reflexiones a lo largo de la trayectoria de la vida!
La vida a los cincuenta años te la ves en el principio del cambio incierta e insegura. Observas que llegaste al final de una etapa de ensueño.
Que se te quedaron en el tiempo muchas cosas atrás. Cómo no recordar, aquellas excelencias maravillosas provenientes de la fuente de la naturaleza que te proporcionaban una singular y plena armonía en todo tu cuerpo, sentías las ilusiones del libre albedrío, de la autoestima y el aflorar del regocijo espontáneo de la alegría.
Alegrías propias de la juventud. Todo lo podías disfrutar, gracias al don de tu perfecta salud que en ese momento se te manifestaba en toda su plenitud sin ninguna avería.
La juventud es en definitiva la gracia del esplendor y la perfección de la belleza.
Te sentías emocionalmente en paz y satisfecha contigo misma.
Atrás quedaron suspendidas, en el tiempo, algunas ilusiones perdidas y la salud maltrecha y resentida.
Entiendes que es el final de tu adorada juventud, sin posibilidad de dar marcha atrás dando lugar a cierto desánimo y melancolía.
Tiempo después esos valores que en un principio te parecían tan imprescindibles, vas meditando... que en esta nueva etapa de tu vida ya no tienen cabida no se pueden conservar ni retener y con paciencia y buen ánimo debes desprenderte;
de lo que ya no te sirva.
Todavía eres muy útil para ti misma y para todo tu entorno, es el tiempo de cosechar nuevos frutos.
Con apoyo moral y la ayuda de tus amistades sinceras, dispuestas en ayudarte en todo momento aligerarás tu melancolía, y se fortalecerá de nuevo en pos tu sentimiento por la senda de la vida.
Sé colaboradora leal en alternativas y proyectos útiles, se generosa amable y desprendida tú también para con tu prójimo, aprende cosas nuevas y ...
disfruta de las cosas sencillas que te va ofreciendo la vida.
Conseguirás con todo ello mantener el espíritu vivaz, con lo cual también recuperarás gran medida de confianza en ti misma. Con el tiempo y con ese buen fruto cosechado sentirás nuevas emociones , y te llenarás de orgullo, al sentir que la nueva etapa que acaba de empezar te ofrece otros dones muy valiosos como la experiencia, la reflexión y la paciencia etc. En estos momentos una de las virtudes más importantes y por la que merece la pena luchar es la "rectitud", madre de toda confianza, la cual te será propicia para testimonio de todas tus obras de justicia, la cual te será valorada y reconocida como un inmenso galardón, por el que te sentirás dichosa y agradecida.
Y con esta reflexión ya no te es posible exigirle nada más a la vida y año tras año, paso a paso debes consentir con agrado y devolverle a la madre naturaleza (que no debe nada a nadie) todo lo que un día te fue regalado por gracia Divina. Agradezcamos por todas las cosas buenas que nos ha tocado vivir y solamente pidamosle la Salud.
Pilar
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