Un perro y un borrico caminaban,
Desde el bosque entre tanto sale un lobo;
Sirviendo a un mismo dueño. Pide el asno favor al compañero;
Rendido éste del sueño, En lugar de ladrar el marrullero,
Se tendió sobre el prado que pasaban. Con fisga respondió:- No seas bobo,
El borrico, entretanto, aprovechado, Espera que nuestro amo se despierte,
Descansa y pace; mas el perro hambriento
Que pues me aconsejaste la paciencia,
- Bájate, le decía, buen jumento, Yo la sabré tener en mi conciencia
Pillaré de la alforja, algún bocado. Al ver al lobo que te da la muerte.
El asno se le aparta como en chanza.
El perro sigue al lado del borrico, El pollino murió, no hay que dudarlo;
Levantando las manos y el hocico, Más, si resucitara,
Como perro de ciego, cuando danza. Corriendo al mundo a todos predicara:
-No seas bobo, el asno le decía; Prestad auxilio, si queréis hallarlo.
Espera a que nuestro amo se despierte,
Y será de esta suerte
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